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Diario YA


 

“EL EXPOLIO NAZI”, Miguel Martorell , Editorial Galaxia Gutenberg

Jorge Llopis Planas
Critico de Arte (AECA)
Perito Tasador Judicial de Arte

Sobre la cuestión del expolio de arte durante la Segunda Guerra Mundial se ha escrito poco, muy poco y en español menos. Únicamente el ensayo de Héctor Feliciano (“El Museo desaparecido”). El cine, la literatura y los blogs conspiranóicos han sido las fuentes y desde luego poco fiables de una cuestión ya de por si opaca después de casi 80 años. Tan oscura y turbia que se ha llegado a fantasear incluso con depósitos nazis de arte en el Polo Sur o servir de argumento de venta en el mercado del arte.

No es la primera vez que leo a Miguel Martorell. Hace unos años empecé a interesarme profesionalmente por una cuestión que ha impregnado la reciente historia del mercado del arte español: Las turbias relaciones entre el régimen nazi , el arte expoliado y el régimen de Franco. El asunto no es broma. Nunca me he encontrado con tantas falsificaciones con la única garantía de autenticidad que unos documentos que aclaraban al comprador con toda la desfachatez que procedían del expolio nazi.

En 1998 Miguel Martorell publicó para la Comisión de Investigación de las Transacciones de Oro Procedente del Tercer Reich un informe económico titulado: “España y el expolio de las colecciones artísticas europeas durante la Segunda  Guerra Mundial”, una de esas joyitas que se encuentran en la red si se sabe buscar. Habría que preguntarse porque la cuestión expolio de arte nazi y franquismo se ha ocultado.“El EXPOLIO NAZI” también desvela las claves de cómo y porque nuestro mercado del arte ha quedado inevitablemente infectado e internacionalmente puesto en duda por el comportamiento del régimen y la alta sociedad española del momento en este conflicto.

“EL EXPOLIO NAZI” no sólo trata de arte. El ensayo de Martorell me ha descubierto la verdadera y kafkiana trama de financiación del régimen nazi a través del expolio del arte y el mercado negro y que no fueron una anécdota, sino el motor económico del aparato de guerra del estado y de enriquecimiento personal de sus dirigentes. Conceptos como Arte Degenerado y la arianización de las empresas se desvelan más allá de su concepto ideológico y propagandístico.

La importante labor de investigación y buceo de Martorell en archivos y sumarios judiciales de época nacionales e internacionales  ha sido fundamental para desentrañar las redes e implicaciones que tuvo este dramático proceso y que involucró a más de 150.000 obras de arte y objetos de arte solamente en Francia, Bélgica y Holanda y como y de que manera España como país neutral, pero alineado con el régimen nazi, fue sin lugar a dudas un “lavadero” para una organización criminal gestionada de forma concienzuda y sistemáticamente por un estado.

Miguel Martorell consigue con “EL EXPOLIO NAZI “adentrarnos en las claves y desarrollo de esta trama. Con una narrativa casi novelesca, en la que también hay un protagonista: El financiero-aventurero-marchante Alois Miedl, proveedor de la colección de arte de Herman Goering que rivalizaba con la del mismo Hitler  y su proyecto megalómano del Museo de Arte de Linz.  Alois Miedl no es fruto de la ficción. Su existencia fue real y muy necesaria para poder desentrañar los entresijos de este expolio especialmente en Holanda. Miedl definido por amigos y enemigos como “escurridizo como una anguila”, Colaboró y amasó una gran fortuna  con los diferentes departamentos de incautación con y las mafias francesas colaboracionistas que incluso finalmente ayudaron a cruzar la frontera de Hendaya en junio de 1944. Alois Miedl vivió en España hasta mediados de los años 60 y regresó a su Austria natal donde moriría en 1990.

Miedl no fue el único. Personajes de la política, cultura y sociedad de entonces también participaron en el comercio ilícito de estas obras y que a fecha de hoy todavía siguen emergiendo y que no hay que olvidar proceden del EXPOLIO  NAZI.

 

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