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Diario YA


 

EL DRAMA DEL ABORTO: UN RETO SOCIAL Y MORAL

Fidel García Martínez. Resultan sorprendente en  estos oscuros tiempos  llenos de violencia bélica, y  cuando naciones como España ven comprometida su misma existencia autónoma por unos datos demográficos tan negativos, que hacen inviable no solo la  vida de los ancianos  sino también de los más jóvenes y se apruebe una ley de aborto de la que serán victimas  las mujeres en plena adolescencia, cuando más necesitan de la ayuda y el apoyo familiar. Esas jóvenes no puede votar, sacar el carnet de conducir, fumar, beber, por ser menores de edad, pero pueden abortar por propia iniciativa y sin el consejo y ayuda  de nadie solo por su propia iniciativa. Un drama desolador.
Esta ley no solo legitima los atentados  contra el derecho fundamental de la vida del concebido y no nacido, sino que  ataca  los principios básicos de la ciencia  biológica. Esta científicamente demostrado que desde el mismo momento de la concepción existe una vida humana. El aborto no es una cuestión política, ni ideológica de género, sino una cuestión ética, que afecta a las principios  más fundamentales de la conciencia moral que exige  absoluto respeto por la vida humana desde la concepción, como confirmó  la II asamblea de la Asociación Médica Mundial. El drama del aborto no es un cuestion religiosa, ni un tema académico, ni de oportunismo electoral, sino una cuestión social y moral de la que depende la Vida.
Como afirma  el recordado Teólogo y Jurista  Don Luis González  Morán máxima autoridad en las Cuestiones   Bioéticas    en su esencial ensayo: El Aborto un reto social y moral: “Causa estupor y tristeza ver la sangría de vidas humanas que a lo largo de la historia se ha causado por un cúmulo de circunstancias de muy distinto valor y peso incluidas razones totalmente injustificables”. Por eso mismo ha de ser un sentimiento de solidaridad y compasión con todas las mujeres que a lo largo de la historia se han visto y continúan viéndose en condiciones  o circunstancias que las han obligado a abortar: coacción, engaño, soledad, pobreza, abandono. La lucha por la vida  compete a todos: 46 millones de abortos se producen en plena siglo XXI, es un grito que necesariamente tiene que remover todas las  personas de buena voluntad. Los creyentes tienen numerosos documentos eclesiales llenos de una cerrada defensa de la Vida humana, pero silenciados e ignorados. La Iglesia Católica siempre en todos los siglos  de su existencia ha sostenido el carácter sagrado de la vida del nasciturus, frente a un mundo greco-romano abortista.

 

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