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Diario YA


 

LA PANDEMIA MUNDIAL DE LA PORNOGRAFIA

Fidel García Martínez. Las terribles y devastadores consecuencias de la adición a la pornografía afecta cada vez más  los preadolescentes  e incluso niños de ocho  años, según un demoledor informe aparecido recientemente,  en el que se afirma que son muchos los adolescentes de 12 y trece  que se inician en el pornografía; las chicas a los 15-16 años. Aparentemente se vive en una sociedad donde la libertad sexual no tiene límites, hipersexualizada,  siendo el sexo el menú a la carta del día, según cualificados  psicólogos  y especialistas, el  sexo sería un placebo para solucionar todos los problemas, como sostenía el  nefasto pansenxualista, S. Freud.
Los sociólogos  sostienen que, aparentemente, se vive en una sociedad con más   libertad sexual que nunca, sin embargo, se constata  que en la realidad  se dan disfunciones sexuales en general y más en particular entre los más jóvenes; abundan las agresiones y crímenes sexuales: el consumo de la pornografía es más elevado que nunca; la educación sexual continúa siendo un tabú en las familias, lo que demuestra que algo está fallando. En los gabinetes de psicólogos y psiquiatras  abundan las consultas  relacionadas con los trastornos sexuales y la adición a la pornografía, que se está convirtiendo en una pandemia mundial,  que aumenta con el contagio, pues se está extendiendo y generalizando  por todos los países, siendo aceptada con total indiferencia  por los legisladores, con el pretexto de la libertad  de expresión. La realidad es que la pornografía es uno de los negocios más  extendido  en Internet, donde  las entradas más vistas exigirían  cientos de años para bajarlas, según  estadísticas  fiables. Los efectos sobre la salud física  pero sobre todo la salud mental son  muy preocupantes: fomentan  la violencia sexual contra las mujeres y los niños, principalmente; uno de los efectos es la banalización  de  la sexualidad humana utilizada como forma para obtener  el placer  como un fin por encima de todo y pese a quien pese. Los adolescentes reciban  una falsa  percepción de la sexualidad, que nada  tiene que con la vida real: el uso continuado de la pornografía   produce un círculo vicioso de violencia fomentando los comportamientos machistas y misóginos.  La estrategia  de la industria  pornográfica es cada vez más sofisticada y seductora porque  llega con más rapidez y con más seguridad a todas las personas de cualquier edad en todos los sitios, para  fomentar la adición a la misma. Incluso en  los centros educativos se introduce bajo el pretexto de una educación sexual  liberadora. Afecta a los mecanismos  biológicos del cerebro. Influye en el  aprendizaje y el en fracaso escolar. Es necesario educar  en una visión de la sexualidad sin obviar nada importante los sentimientos,  las emociones  desde los primeros años, deben conocer  el hogar  de todo la relacionada con su vida emocional, sensitiva, no se puede reducir la educación  integral  sexual a la pura genitalidad material y externa. Es en el hogar donde mejor se puede luchar contra la terrible pandemia de la pornografía, en un clima de confianza, responsabilidad y amor.