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Diario YA


 

Una pica en Flandes

No hay justicia, no hay democracia

Rafael Nieto. 19 de mayo. Tiene razón Aznar al decir que un país democrático no puede funcionar mientras existan filtraciones en los sumarios judiciales. Lo que no dice es por qué él, durante los ocho años que estuvo en el Gobierno, no movió un dedo para arreglar ese problema; por qué desaprovechó la ocasión, quizá única, de convertir la pestilente justicia española en una institución respetable, base de una democracia sana.

Creo haber dicho algunas veces en los últimos meses que en España no hay democracia. Esta frase, que antaño hubiera despertado feroces críticas y anatemas varios, hoy se asume con naturalidad no sólo desde la derecha, sino también desde la izquierda. Es decir, realmente da igual que haya democracia o no, lo importante es que gobierna la izquierda y que los ciudadanos viven ilusionados porque cada cuatro años les llaman a meter un papel en una urna, para que luego sus “representantes” se limpien con él…en el Congreso de los Diputados.

El caso Gürtel, que ha sido gestionado por la derecha con su torpeza habitual, y que muy posiblemente haya servido para echar de la cosa pública a media docena de chorizos funcionales, ha revelado de manera elocuente la podredumbre que asola el sistema judicial español. Es verdad, señor Aznar: es vergonzoso que eso ocurra. Mientras haya jueces capaces de llevar su ideología política a los tribunales y de propiciar o consentir filtraciones bochornosas, esto seguirá siendo un simulacro de Estado de Derecho. Podremos votar, podremos manifestarnos en la calle en apoyo a una determinada opción, pero seguiremos atrapados en la peor de las dictaduras: la dictadura silenciosa impuesta por la progresía y aplaudida por los medios de comunicación afines.

Nada hizo, repito, el Partido Popular, durante el tiempo que estuvo en el poder, para limpiar la justicia de basura y establecer unas reglas del juego democráticas entre los distintos poderes del Estado. Nada hizo para conformar un mapa mediático equilibrado, libre de monopolios, en el que hubiera altavoces para que la sociedad, en su conjunto, pudiera sentirse realmente representada. Ahora sale Aznar quejándose de la situación…, ¿desesperado, quizá, porque sabe que Rajoy tampoco hará lo que Vd. tuvo en su mano?

Es obvio que a Zapatero le interesa una justicia desvencijada. Su proyecto totalitario de aniquilación de España y de corrupción moral de la sociedad (asesinando los valores cristianos e imponiendo sibilinamente el relativismo desde la guardería hasta la Facultad, con la ayuda inestimable de la hedionda televisión) necesita que los tribunales estén como ahora están. Lo terrible es que enfrente no hay ni una sola persona capaz de ofrecer soluciones creíbles. El futuro era negro; ahora es simplemente imposible.  

 

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