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Diario YA


 

El Tribunal Constitucional afea la afición presidencial por los decretos

Sánchez, el Romanones

Luis Losada Pescador

El gobierno puede legislar por decreto en caso de extraordinaria y urgente necesidad. La pandemia es un ejemplo. El nombramiento de Pablo Iglesias en la comisión de secretos oficiales no lo es. Es lo que ha resuelto el Tribunal Constitucional al recurso presentado por Vox.

El Constitucional afea la afición de Sánchez por el decreto sin que exista la “extraordinaria y urgente necesidad”. En 18 meses lleva 89 decretazos. De esta manera burla al Parlamento la capacidad legislativa y se evita el ‘engorro’ del debate, la negociación y el consenso. En definitiva convierte ‘de facto’ nuestro régimen de democracia parlamentaria en un régimen presidencialista. ‘Porque yo lo valgo’....

Recuerda demasiado al conde de Romanones en su célebre sentencia: “dejad que ellos hagan las leyes que yo haré los reglamentos”. Nihil novum sub solem. Ante la debilidad parlamentaria, el rodillo gubernamental.
 

Ya era hora de que la Justicia afeara esta forma de gobernar. Lo de Sánchez no es nuevo; es casi ‘tradición’. Lo que pasa es que al ‘cambia-colchones’ se le fue la mano: meter al ex-Coletas en el CNI en un decreto covid fue un insulto más que una provocación. Sorprendente que el PP no moviera ficha, quizás bloqueado en su misma inactividad.

Casi tan parecida a la del Constitucional que ha tardado más de un año y la prejubilación de Iglesias para resolver. El CNI, por su parte, trató de ganar tiempo retrasando la Comisión de Seguimiento para no abrir sus intimidades a alguien tan peligrosos y desleal como Iglesias. Porque una cosa es que Sánchez sea capaz de regalar el rosario de su madre y otra que las instituciones no se auto protejan frente a tanta irresponsabilidad.

En todo caso, nunca es tarde para un buen ‘zasca’ que coloque a los gobernantes en su sitio. Ya sólo falta que el TC resuelva otros casos eternizados en sus despachos como la polémica Ley Aído cuyo expediente debe de estar acumulando naftalina tras más de dos lustros descansando en el cajón.

El anzuelo del pescador

Tarjeta amarilla de Banco de España. Advierte del efecto covid en las cuentas públicas y pide revisar el sistema impositivo y el gasto público. O sea, una ‘faja’ al gasto descontrolado. También propone abaratar el despido para propiciar el traspaso de trabajadores a sectores emergentes y alarma de la tendencia a la despoblación de 3.403 municipios.

¿Aceptará la OPA Ciudadanos? Se dan dos meses para decidir la integración en el PP. Tic-tac. Mientras, en Andalucía, prosigue la fuga mientras Arrimadas se muestra incapaz de controlar el daño. El proyecto está muerto y los ‘naranjitos’ lo saben. La elección es entre violinistas del Titanic o la supervivencia política personal.

Guaidó se excusa. El supuesto ‘presidente encargado’ se abre para negociar con Maduro. Lo justifica en que se trata de una “ofensiva” para salvar vidas y recuperar el país. Bla, bla, bla. Oposición controlada y complaciente. Más de lo mismo.

Etiquetas:Pedro Sánchez