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Diario YA


 

Informe sobre el plebiscito constitucional de Chile de 2023

Chile enfrentará este domingo 17 de diciembre una nueva jornada electoral. Esta vez, los ciudadanos deberán votar a favor o en contra de una propuesta de nueva Constitución. Este proceso se remonta a octubre de 2020, cuando el 78% de los votantes se mostró a favor de una  nueva Carta Magna. Tras un primer proceso fallido en septiembre de 2022,  cuando un 68% de los votantes echó abajo la propuesta, este domingo debería culminar con el proceso constituyente que se abrió durante el estallido social de 2019, y que ha metido al país en un cuatrienio de inestabilidad política y económica y, sobre todo, ha hecho aumentar la frustración de la sociedad.

Son unos 15,4 millones de chilenos los que acudirán a las urnas este domingo y es la tercera vez que regirá el voto obligatorio. Todas las encuestas arrojan que la ciudadanía rechazará la propuesta redactada por el Consejo Constitucional. Los últimos sondeos que se pueden publicar antes de las elecciones, apuntan a un 59,7% para el voto en contra y un 40,3% para el voto a favor. Sin embargo, el efecto del voto obligatorio, que ha hecho entrar al sistema a votantes desconocidos, hace que esta carrera, finalmente, se torne impredecible. No se descartan sorpresas, y los resultados del referéndum del día 17 están abiertos. Además, existe cierto consenso en que será una carrera más estrecha entre ambas opciones y no se repetiría la paliza de 2022.

La nueva propuesta de constitución ha sido tildada de conservadora incluso por la centroizquierda moderada, sobre todo en lo referente a la mujer, aunque se le reconocen avances, sobre todo en lo relativo al sistema político. Así las cosas, la extrema derecha, la que en un principio no era partidaria de cambiar la Constitución actual (redactada en la dictadura, pero reformada unas 70 veces desde 1989), se muestra a favor de que se apruebe el nuevo texto. Por el contrario, la izquierda y centroizquierda, que por décadas batalló por reemplazar la Carta Fundamental vigente desde 1980, ahora opta por el voto en contra, ya que consideran que la propuesta, liderada en su redacción por el Partido Republicano, es igual o peor que la actual.

Sin duda, el resultado de la votación será crucial para los ciudadanos chilenos, ya que determinará la ley que regirá en el país. Además, también repercutirá sobre la economía chilena y los mercados. Chile afronta el plebiscito constitucional marcado por cuatro años de incertidumbre económica. Este último año el crecimiento económico en Chile ha sido lento, debido, en parte, a una situación exterior incierta, marcada por dos grandes guerras, en Ucrania y Gaza, y con la economía china, el principal socio comercial de Chile, que ha comenzado a mostrar signos de desaceleración. Pero también hay elementos internos que han contribuido al bajo rendimiento económico del país, como los problemas estructurales, la difícil recuperación post pandemia, y la desconfianza frente a la reforma tributaria promovida por el Gobierno de Gabriel Boric.

Otro de los factores principales que se menciona a la hora de hablar de incertidumbre es el proceso constitucional, que ya suma cuatro años en Chile y cuyos episodios han ido marcando el devenir de la economía. El Índice de Incertidumbre Económica (IEC) un indicador que elabora el Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (Clapes), subió hasta su nivel más alto en lo que va de año en noviembre y  arrojó entre las principales fuentes de incertidumbre la preocupación por el proceso constitucional. La Constitución entrega un marco normativo que es importante para dar certezas sobre las reglas del juego básicas a quién busca desarrollar proyectos de inversión a largo plazo en el país. Por el contrario, la falta de esas certezas lleva a la paralización y al estancamiento que hemos visto en el país durante los últimos años

En este sentido, creemos que el plebiscito del próximo domingo, que pondrá fin a un ciclo,  debería lograr reducir los altos niveles de incertidumbre y favorecer la confianza de los empresarios y la inversión en el país, independientemente del resultado. Es muy probable que esto permita que Chile registre un crecimiento mayor, ya que la incertidumbre generada por el proceso constituyente ha afectado fuertemente la inversión y el desarrollo de reformas clave, lo que a su vez ha contribuido al estancamiento de los últimos años.

De ganar el a favor, se cierra el debate constitucional y podría traer mayor estabilidad y certeza jurídica, factores clave para fomentar la inversión y el crecimiento económico. Además, debería tender a disminuir las incertidumbres y favorecer el clima económico. Por el contrario, un triunfo de la opción en contra mantiene el debate constitucional abierto y por un plazo indefinido, por lo que a pesar de reducirse la incertidumbre en el corto plazo esta se mantendría elevada y la confianza de los mercados y la inversión serían menores a más largo plazo, ya que tarde o temprano se reabriría el debate.
 

En cuanto al peso chileno, la divisa ha experimentado una gran volatilidad en las semanas previas a la votación. Creemos que tras la votación estos niveles de volatilidad se reducirán y podríamos ver ciertas ganancias de la divisa, a medida que disminuyen las incertidumbres y los inversores se sienten más confiados en cuanto a la situación política y económica del país.

Ebury.

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